domingo, 16 de marzo de 2014


Un acorde menor retumba 
una tercera que llama la atención
de un triste espectador.
Llamando al viento respira
y este recorre y estremece su cuerpo
que enormemente suspira.
Recorre una lágrima la mejilla,
y allí reposa la esperanza
que se pone de rodillas.
Oído sordo, sonido acogedor,
corazón palpitador.
Se bajó la luz, el sonido cesó,
el silencio la habitación llenó.
El espectador mostró media sonrisa hipócrita. 
Se preocupó su ceño,
con un dedo recogió la lágrima
y con orgullo la miró.
Los brazos recogieron la cabeza
que frustrada decidió reposar,
los ojos envueltos en los párpados,
el corazón descansando el andar.